Polémica por las prácticas laborales en la CABA
por Gabriel Sánchez Sorondo
«Nos dicen que si no vas, no aprobás el año», asegura Julia, expresidenta del centro de estudiantes de la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas, en relación a las prácticas laborales en empresas y organismos públicos dispuestas por el Gobierno porteño como instancia obligatoria para el ciclo final de los estudiantes secundarios.
Tanto ella como Valentina, actual titular de ese cuerpo estudiantil, advierten que las «Actividades de Aproximación al Mundo del Trabajo y los Estudios Superiores» (ACAP) ocupan horas de materias que quedan sin dictar, pero que serán objeto de evaluación escolar a pesar de eso.
¿Qué opinan desde el centro de estudiantes acerca de las ACAP?
Julia: Hay muy poca información acerca de las pasantías; no tenemos información de cómo va a seguir a largo plazo este proyecto. Por otra parte, las ACAP fueron inconsultas; no fueron discutidas con les docentes, les estudiantes ni las familias. Nosotres creemos que podemos acercarnos al mundo laboral, pero no con una mirada tan cerrada o tan estática como la actual.
Valentina: Este proyecto no existe para mejorar el ámbito educacional sino como parte de una campaña política impulsada, en primera instancia por Soledad Acuña y en última instancia por el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Nos mandan a estas empresas no para que trabajemos, pero sí con el objetivo de imponer el trabajo como única meta luego de finalizar la secundaria. No es casualidad que los colegios privados puedan elegir si implementar o no este proyecto. Es un claro atentado contra la educación pública.
¿Lo conversaron con estudiantes de otros colegios?
Julia: Sí, somos parte de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) que reúne a todos los centros de estudiantes de CABA y se habló de esto. Los colegios están en distintas situaciones; algunos cursos están en procesos más avanzados, otros saben menos, otros saben más.
Valentina: Se llevó a cabo una reunión entre reducidos colegios ( Liceo 9, Cerámica, Juan B. Justo, Lenguas y Lengüitas); no tuvo un fin resolutivo sino más bien expositivo. Se contaron las experiencias de todos los colegios presentes y se llegó a la conclusión inmediata de que las ACAP no tienen un objetivo pedagógico claro. Por ejemplo, el Liceo 9 comenzó sus pasantías (aunque el ministerio evite con pudor esa palabra) en el portal Infobae y lo único que se pudieron llevar como experiencia fue estar sentados 6 horas en una sala de reuniones con comida. Infobae no sabía qué días iban a ir los estudiantes, no sabían qué contenidos darles y por sobre todo, no sabían qué hacer con tantas personas. Perdieron 8 días de clases.
¿Están al tanto de la Ley porteña de Educación N° 3.541y en particular, de su artículo 2°, que regula las pasantías escolares?
Julia: Sí, estamos al tanto y lo que dice ese artículo es que las pasantías tienen un carácter no obligatorio. Nos dicen que si no vas, no aprobás el año. Por otra parte, si estas son prácticas educativas o no, es relativo y debería ser consultado con quienes lo hacen, con sus inquietudes e intereses.
Valentina: Ahora sabemos que por ley las pasantías son opcionales; hasta hace poco no lo sabíamos.
¿Tuvieron algún contacto con autoridades de Educación de CABA sobre esto?
Julia: Estuvimos en permanente comunicación con las autoridades de nuestro colegio. Pero nunca pudimos hablar con Supervisión ni con la ministra Acuña ni con representantes de ella. En conjunto con la CEB hicimos una nota pública reclamando información acerca de las ACAP porque el principal problema es ese: falta mucha información y no está claro cuál es el proyecto ni cuál es el objetivo. Por eso hicimos movilizaciones contra las ACAP: un cartelazo y un ruidazo.
¿Alguien de sus agrupaciones hizo las ACAP?
Valentina: Hay un solo curso de este colegio que las hizo completas, en CACYR. Cero valor pedagógico: les enseñaron cómo ordenar heladeras. En cuanto a nuestra agrupación, nadie las hizo en su totalidad, algunos sí participamos de las tres capacitaciones dictadas en la Unicaba: de «educación financiera» y de «empleabilidad». Nuevamente, valor pedagógico nulo; los propios profesores se quejaban de no saber sobre lo que estaban dando ni haber sido capacitados para dar esas clases. Hubo muchas quejas por parte de los estudiantes ante la insistencia por mandarnos hasta la Unicaba cuando podrían haberse dictado en el propio colegio. En cada aula donde se dieron capacitaciones había carteles con una descarada publicidad del gobierno de la ciudad. La única respuesta que logramos sacarles a la gente de Unicaba es que «salir del colegio nos prepara para la vida» ¿Tomarnos un bondi por 10 paradas más es prepararnos para la vida?
¿Les explicaron cómo recuperarán las horas correspondientes a las materias reemplazadas por el ACAP?
Julia: No. Y ese es uno de los reclamos más concretos que tenemos, más allá de si estamos de acuerdo o no con el contenido de las ACAP. Sobre todo si nos están diciendo que no hay cursada pero sí hay evaluación. Si es así, estamos en un problema, porque te evalúan si haber tenido las clases como para entender lo que te van a preguntar. Ese es un reclamo clave.