Por el derecho a una vida digna
El equipo de sacerdotes para las villas de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense expresó hoy la necesidad de una «intervención inteligente del Estado» en los barrios más humildes para que se garantice «el derecho de los más pobres a una vida digna».
Así lo sostuvieron en un manifiesto dado a conocer hoy, al cumplirse el 42 aniversario del martirio del padre Carlos Mugica, en el que se reconocen «continuadores» de su trabajo y buscan expresar su «identidad y compromiso» con los más pobres.
«Pensamos en la necesidad de una intervención inteligente del Estado en los barrios que garantice el derecho de los más pobres a una vida digna. El compromiso pastoral nos lleva a buscar que se logren las tres T (tierra, techo y trabajo)», dicen los sacerdotes en el mensaje.
Asimismo -siguiendo la prédica del papa Francisco- expresaron su rechazo a la liberalización de la droga y «cualquier otra legislación que incremente la vulnerabilidad de nuestros jóvenes», y señalaron que la «marginalidad» de los barrios donde cumplen su misión pastoral presenta el «desafío de una opción preferencial por los niños y jóvenes en caminos de prevención y recuperación».
«Entendemos nuestras parroquias como hospitales de campaña. Intentamos ser comunidades que se organizan en torno a la misericordia», señalaron, también a tono con el mensaje del papa argentino Jorge Bergoglio.
Los curas villeros también expresaron su postura a favor de la «cultura del encuentro» y la necesidad de la «integración urbana» de estos barrios, «poblados de migrantes».
«La fuente de nuestra misión es la religiosidad popular con todo su potencial de santidad y justicia social. Desde allí nos comprometemos y organizamos para cuidar la vida. Nuestra opción es mirar con los ojos de la fe la realidad desde los pobres y con los pobres hacia todos y ensayar caminos pastorales de respuesta», agregaron en el texto.
El mensaje lleva la firma de los padres José María ‘Pepe’ Di Paola y Domingo Rehin de villas de San Martín; Juan Manuel Ortiz de Rosas de villas de San Isidro, el hermano Guillermo Cejas de Isidro Casanova; el padre Luciano Iramain del barrio Los Polvorines de San Miguel; y Basilico Britez de villas de San Justo.
Por la ciudad de Buenos Aires firman el mensaje los padres Gustavo Carrara y Nicolás Angelotti por la villa 1-11-14; y Lorenzo de Vedia y Carlos Olivero por la villa 21-24 y Zavaleta.
Macri debería renunciar
“Si tuviera oportunidad de hablar con el presidente (Mauricio) Macri le pediría que renuncie, es lo que debería hacer si le queda algo de dignidad. Lo de los Panamá Papers es algo escandaloso. Pero como no puedo hablar le digo que no se burle de los pobres y que deje de hablar con cinismo de la pobreza cero”, señaló el sacerdote en opción por los pobres Eduardo de la Serna y aseguró que si pudiera hablar con el jefe de Estado le pediría que “deje de burlarse de los pobres”.
De la Serna afirmó además que el Gobierno nacional goza de “la cobertura mediática” que le otorga “la prensa hegemónica”, y calificó a la cobertura periodística del caso Lázaro Báez como “algo que se parece a un entretenimiento”.
“Algunos medios fueron en busca de la ‘ruta del dinero K y se encontraron con la ruta M. Parece que en todo estás vos, Mauricio”, ironizó el cura en referencia al presidente, y en ese sentido, agregó: “Algunos necesitan resucitar a Lázaro cada dos días.
En relación a la situación social que se vive en el país, De la Serna, como integrante del movimiento de curas villeros, observó que en los barrios comienza a percibirse “un clima de tristeza y angustia” porque “la gente nota que la plata no le alcanza.
“En los barrios hay tristeza y angustia porque la gente se da cuenta de que la plata no le alcanza. Los precios suben y algunos negocios están cerrando. Muchos no puede llegar a fin de mes, pagar las tarifas o el alquiler”, describió.
De la serna se refirió además a la figura del sacerdote Carlos Mugica, de cuyo asesinato se cumplen hoy hace 42 años, al subrayar que el religioso “jamás predicó la resignación entre los pobres”.
“Carlos (Mugica) no pertenecía a esa Iglesia que predicaba la resignación entre los pobres, él no podía hacerlo. El evangelio de Jesús es algo vivo, pleno y realizarse en la tierra. Esa forma de vivir la religión no es el opio de los pueblos”, puntualizó.
Foto de portada: Carlos Brigo