Presencialidad o les niñes como rehenes
por Emiliano Blanco
‘Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía’ dice el saber popular.
Y el pueblo sabe, sabe tanto como el diablo por viejo, más que por sabio. Y nuevamente, la memoria de nuestra historia de diablos, santos y limosnas, arman el escenario para una agenda mediática que nos pone en jaque otra vez:
¿Qué pasa entre la educación presencial, la creciente cifra pandémica y la puja partidaria/judicial en un año electoral?
En el año 2020 se la pandemia, se presentó como una bisagra temporal para modificar y revisar algunas cuestiones técnicas de cómo sostener las instituciones educativas, en el marco de un Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), en el territorio nacional.
La repentina virtualidad educativa, con las técnicas para preservar el contacto con los grupos de estudiantes, demandó en docentes, una tarea malabarística para sostener desde casa la escuela.
Las clases, en modalidad virtual, se garantizaron entre incertidumbre y plazos pedagógicos.
En muchas instituciones la llamada ‘continuidad pedagógica’ terminó su ciclo 2020, con estrategias de presencialidad para quienes no pudieron completar las llamadas ‘valoraciones pedagógicas’.
En el AMBA, se dispuso un sistema presencial durante el mes de febrero, para acompañar esa instancia, con protocolos de distanciamiento y sanitización.
Luego de una disputa política entre los gremios docentes, el Ministro Nacional de Educación Nicolás Trotta y su apoyo a la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña; a fines de febrero comenzaron las clases presenciales con el protocolo por ‘burbujas’: que consiste en dividir semanalmente el curso de estudiantes según los metros cuadrados del aula y, en simultáneo, brindar una clase virtual para el grupo o ‘burbuja’ que esa semana permanece en casa realizando actividades de forma no presencial ¿Te mareaste? Vamos de nuevo: cada semana concurre a la escuela solo uno de los grupos de estudiantes o ‘burbujas’ del total en que fue dividida el aula, según sus metros cuadrados.
Al no poder estar el curso entero en la presencialidad, cada institución determino la mejor forma de dividirlo para garantizar la presencia semanal de cada grupo o ‘burbuja’, cumplimiento con el correspondiente distanciamiento social, uso de barbijo, sanitización y refuerzo de los elementos de higiene (personal, grupal y del establecimiento educativo).
Se pidió a cada docente que presente el proyecto anual pedagógico con una doble estrategia: que se pueda desarrollar de forma virtual para los grupos o ‘burbujas’ que permanecen en casa; y presencial para el grupo o ‘burbuja’ que asista al establecimiento escolar a tomar clases presenciales. En paralelo, se redujeron las horas cátedras para garantizar una menor estadía en la institución; se aseguró la ventilación continua de las aulas; se promocionó el no contacto físico y la presentación cada 15 días del PCR/hisopado. En paralelo, una junta médica evaluaría los pedidos de licencia por factor de riesgo/ familiar a cargo con factor de riesgo y constancia de contacto estrecho – covid positivo.
Esta escena, que promueve una movilidad comunitaria, sucede en el marco de una pandemia con un virus contagioso: Coronavirus, famoso por la enfermedad Covid-19; causante del síndrome respiratorio agudo severo (Sars-cov-2).
Los protocolos interjurisdiccionales, presentados en el AMBA por el Gobierno provincial y de la Ciudad, resguardan la legalidad de los pasos a seguir -frente a un caso de ‘emergencia sanitaria’ declarada formalmente por el Decreto Presidencial n° 167/21 – haciendo ejecutantes de la misma, a quienes tienen que presentarse cada semana -sin suspender las actividades, incluso si son declarados en contacto estrecho de algún integrante de una ‘burbuja’ presencial, que resultase positivo-: lxs docentes.
Los medios de comunicación hegemónicos, ¿informaron sobre las estrategias que la presencialidad educativa demanda? ¿Investigaron si lxs agentes educativxs solamente se vinculan con las burbujas que se relacionan? Pregunto, porque la agenda mediática construye y garantiza adhesiones y omisiones.
Esta epidemia, se extendió a lo largo y ancho de todo el mundo y no distingue políticas, religiones ni clases sociales. Tampoco capital cultural ni filosófico. Si un brote epidémico afecta a regiones geográficas extensas (por ejemplo, varios continentes) se cataloga como pandemia -aclaro esto, porque muchas personas aún no están enteradas y creen que lo que ocurre es contra ellxs (sobran teorías conspirativas, predicciones espirituales, entre otros; hay de todo y para todxs).
Hablemos de algunas cifras: desde el comienzo de la pandemia, en el mundo hay 141 millones de casos contagiados, con un resultado que crece cada día: 3.013.217 de muertes. En Argentina, llevamos 2.772.765 casos hasta el 21-abril 2021; con 60.900 muertes, 7.699 de CABA y 30.448 de la Provincia de Buenos Aires. Un testeo de 29.145 reactivos positivos, supera los 18.326 del pico más alto, en octubre 2020.
El Gobierno nacional, prorrogó la emergencia sanitaria dispuesta por la ley 27.541, ampliada por el Decreto n° 260/20 hasta el 31 de diciembre de éste año, negociando y hablando con proveedores de vacunas para cerrar acuerdos y acelerar el acceso a ellas.
Datos oficiales y la agencia de noticias Télam dan cuenta, que al igual que en 2020, el Gobierno nacional trabaja en la reorganización del sistema de Salud para dar prioridad a la atención de la enfermedad Covid-19 ante el ascenso de casos de Coronavirus en el marco de la segunda ola: las camas UTI pasaron de 8.521 a 12.501, lo que representó un incremento del 47% de la capacidad del sistema para absorber la demanda aumentada de cuidados intensivos ante la pandemia.
Además, en articulación con el ministerio de Obras Públicas de la Nación, se instalaron 12 hospitales modulares de emergencia y 19 Centros Modulares Sanitarios, en lugares estratégicos del país, para fortalecer la respuesta sanitaria.
Más de 6 millones de personas ya recibieron la primera dosis en el marco del plan de vacunación, lo que suma un total 6.433.141, contando aquellas personas que recibieron ambas dosis (812.730).
Argentina lleva vacunados al 95% del personal de salud con la primera dosis de vacuna y más del 60% con esquema completo. En el segmento de adultos mayores, el porcentaje de coberturas es del 64,1 % en personas de 80 años y más; el 58,4 % en personas de entre 70-79 años y el 21,5 % en la franja de 60-69 años.
Ni las provincias ni la Ciudad Autónoma de Buenos Aires están legalmente impedidas de comprar vacunas contra el Covid-19.
La Ley de Vacunas Destinadas a Generar Inmunidad contra el Covid-19, votada el 6 de noviembre de 2020, exime incluso del pago de derechos de importaciones y de cualquier otro impuesto a las provincias y a la CABA en caso de que adquieran dosis. La Ley de Vacunas fue votada también por la oposición, que en su gran mayoría votó a favor.
Me impele mencionar cifras, porque estamos hablando de historias concretas; pero tenemos que entender que hasta la fecha se tomaron medidas políticas para atender la organización de los recursos ante la emergencia sanitaria.
Y para coronar esta información, diremos que el Laboratorios Richmond Sacif., producirá a partir de junio de éste año: la Sputnik V.I.D.A. en nuestro país.
Y aquí se inicia una nueva escena que nos convoca: el 16 de abril 2021, el Gobierno nacional estableció, a través del Decreto Presidencial n° 241/2021, una serie restricciones para reducir la circulación social y comunitaria, entre las cuales limita las clases presenciales. Los 29.145 contagios, registrados en todo el país, superaban el pico mas alto de de octubre 2020 cuando se contabilizaron 18.326 casos. El foco de este crecimiento, coincide con el inicio de las clases presenciales en el aglomerado poblacional más grande del país: el AMBA.
El año electoral refuerza las pujas partidarias y las adhesiones. Alberto Fernández, el 1 de marzo del 2021 remarca en el Congreso Nacional, la profundización de la Reforma Judicial; que en contrapartida, la oposición de Juntos por el Cambio y el PRO lo interpretan como una conveniencia para resguardar las razones judiciales del oficialismo, sobre todo las de Cristina Fernández de Kirchner, actual Vicepresidenta de Nación.
Muchos editoriales a favor y en contra, convirtieron la agenda mediática y política-judicial, en la plataforma para discutir la institucionalidad y la Constitución. Y, como dicen lxs que saben, ‘tanto va el cántaro a la fuente’, que ocurrió el problema interpretativo sobre cómo accionar con las medidas y hacerse eco de la representatividad ciudadana en la incertidumbre por una cuarentena fantasmal.
Hacedores de vehementes discursos republicanos, liberales, antivacunas, anticuarentena, antiTODO; tomaron las calles y se hicieron visibles. Empoderaron su legítimo derecho a manifestarse y apoyaron con su reclamo a la oposición más notable: Horario Rodríguez Larreta, Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. También a agentes convocantes de la disconformidad como Patricia Bullrich, presidenta del PRO.
El plan político-educativo de ‘Ciudad’, es garantizar la presencialidad, que como mencioné anteriormente, ya estaba sucediendo por el ‘protocolo por burbujas’.
Horacio Rodríguez Larreta, presentó una acción declaratoria de Inconstitucionalidad ante la Corte Suprema, para que ejecute la suspensión del Art 2 del DNU n° 241/2021; ya que Carina Cichero -Fiscal ante la Cámara de Apelaciones de la Ciudad de Buenos Aires- determinó a favor de la Medida Cautelar, votada por unanimidad por los jueces Marcelo López Alfonsín, Nieves Macchiavelli y Laura Perugini -jueces de la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo-.
Entre un sinfín de irresponsables informaciones en los medios, cargadas de apreciaciones personales de parte de periodistas y dirigentes políticos, la adhesión fue visible y se sucedieron una serie de acciones y performances en diferentes lugares del AMBA: desde abrazos a escuelas reclamando clases hasta cacerolazos y banderazos en las plazas públicas exigiendo que no restrinja la circulación social y la apertura nocturna de bares. Entre otros reclamos…
La British Medical Journal, a través de la BBC, comunicó que las infancias sufren formas más leves de la enfermedad Covid-19; por lo que no se puede garantizar una presencialidad sin contagio, como se viene argumentando en los discursos de nuestros políticos. Tenemos 15 casos de niñxs internadxs por Covid-19 positivo.
Pero lo más llamativo es la utilización de estudiantes, para multiplicar mensajes de disconformidad por parte de sus responsables. Y eso me hace acordar a lo menciona Philippe Meirieu en su texto ‘El maestro y los derechos del niño’ y el rol de nuestras infancias como territorio de disputa:
»(…) ahora bien, Korozak, expone que la mayor parte de éstas violencias provienen del hecho de que al niño no se lo considera como un niño, no se tiene en cuenta su especificidad de ser frágil, en transformación, y que por éste motivo necesita una protección especial. Se lo inmiscuye a la fuerza y demasiado pronto en nuestra disputa de adultos, en nuestras rivalidades de adultos, en nuestros combates de adultos… y en nuestros egoísmos de adultos.’‘ (Meirieu, 2004. Pág 16)
Sigo perplejo ante un escenario combativo al que me sumerjo con la potencia poética de educar, aunque asumo -hablando y escuchando a colegas comprometidxs y que vienen transformando las estrategias pedagógicas, pese a todo- que tenemos una responsabilidad y es educar, ponerle nombre a nuestras presencias y abrazar las diferencias que se nos avalanchan cuando hacemos eso que nos apasiona: la escuela.
Percibo que se interpreta a las restricciones como pérdida de libertades, y se me viene Eduardo Galeano, susurrando: ‘Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen’
Me predispongo a compartir con ustedes esa incertidumbre de transcribir ésta situación que nos está atravesando. Tenemos la oportunidad de discernir hacia dónde es prioritario caminar.
Emiliano Blanco. Profesor de Artes en Danzas mención Expresión Corporal (UNA) mención Danzas Folklóricas (EMBA). Bailarín y performer. Sikuri y canto Popular. Colaborador de Revista Kiné, revista de lo corporal.
Maravilloso trabajo Emy!. Y siempre con tu renovado y vigoroso compromiso social y pensamiento crítico. Un honor tenerte en nuestra Cátedra de Expresión Corporal I en la Universidad Nacional de las Artes!