Registro de una Buenos Aires en extinción
por Mercedes Ezquiaga
Un predicador en medio de la Plaza Once, un Puerto Madero abandonado por donde deambula un solitario perro, una nena en un asentamiento debajo de la autopista, una gallina en el Padelai de San Telmo: el nuevo libro de la artista Adriana Lestido, «Metrópolis», reúne más de 50 fotografías inéditas realizadas entre 1988 y 1999, de una Buenos Aires que ya no es, un compendio de imágenes realizadas para un antiguo suplemento semanal sobre la ciudad, acompañadas de un texto inédito de Juan Forn.
Una serie de eventos inesperados fueron hilvanando el destino de estas imágenes, guardadas durante casi 30 años en unas cajas. Lestido trabajaba a principios de los 90 en un suplemento semanal del diario Página 12 llamado Metrópolis, que ya no existe: «Era una época muy feliz, de libertad total, de recorrer la ciudad en soledad, con mi Leica, que es una cámara chiquita y pasa desapercibida. Una época hermosa. Volvía, entregaba una copia al diario y de las que más me gustaban hacía una copia para mí, para guardar», cuenta Lestido.
A fines de 2018, el cineasta Fernando Spiner estaba filmando una película sobre una fotógrafa radicada en Italia que regresa a Buenos Aires por la reciente muerte de su padre (el ya estrenado «Inmortal», con la actriz Belén Blanco) y le pidió a la fotógrafa si le podía prestar imágenes de Buenos Aires, para que en el filme pasaran como propias de la protagonista, pero que no se relacionaran a simple vista con ella (como sucede con sus reconocidos ensayos sobre madres e hijas, o con la serie de mujeres presas). Así, desde su casita de Mar de las Pampas, cercana a la de su amigo ya fallecido, el escritor Juan Forn, Lestido se reencontró con estas imágenes de Metrópolis. «Era muy amiga de él, siempre que iba a la costa pasábamos largas horas charlando y riéndonos. Vimos las fotos juntos, él se re entusiasmó y me dijo ‘hay que hacer un libro, yo te hago el prólogo'», recuerda ahora la fotógrafa, que entonces consiguió el apoyo de Mecenazgo.
El autor de «Nadar de noche» y «Frivolidad» no llegó a ver el libro impreso (murió el 20 de junio de 2021) y Lestido decidió dedicar el volumen a su memoria, dedicatoria que aparece justo después del potente texto de Forn y antes del epígrafe, que reza «Tu esqueleto te trajo hasta aquí / con un cuerpo hambriento, veloz / Y aquí ¡gracias a Dios!, uno no cree en lo que oye», fragmento de la ricotera canción «Angel de tu soledad».
«Cada vez que leo el texto de Juan me conmueve, me parece escuchar su voz, se lo siente tan vivo. Hace poco en Página 12 publicaron el prólogo y realmente parecía recién escrito, a tal punto que un lector puso en los comentarios ‘Qué bueno volver a leerte Juan’… Se ve que no estaba al tanto. Pero a Juan le hubiera encantado verlo impreso. Su presencia en el libro termina de dar sentido a las imágenes», expresa.
Cuando se realizaron estas fotos, la fotógrafa recorría un barrio diferente cada semana, así es que se incluyen en el libro imágenes de Puente Alsina, de los mozos de Güerrín sobre calle Corrientes, de La Boca, del bar El Querandí en Monserrat, de los evacuados en una escuela en Floresta, o de una casa tomada en Barracas, porque no sólo la urbe fue el motivo de sus retratos sino también la gente que la habita. Son 52 fotografías de una Buenos Aires socialmente fragmentada y desigual, con seres anónimos, vulnerables, solitarios o simplemente resignados, que deambulan, trabajan, viven en la gran ciudad.
«Lestido estaba haciendo en esa época su formidable laburo sobre mujeres presas, tenía la cabeza puesta ahí: la actitud perfecta, según el zen, para callejear por distintos barrios con su cámara entretanto. Así hizo estas fotos», escribe el novelista en el prólogo del libro que se imprimió en España, con una tirada de 1.700 ejemplares.
El lomo del libro, totalmente de color rojo, anticipa una encuadernación japonesa que permite abrir las imágenes a 180 grados; justamente el mismo color que tiene un lugar destacado en la cultura nipona, que representa tradicionalmete a las emociones fuertes. Por las páginas de «Metrópolis» (Ediciones Larivière) se suceden las imágenes en blanco y negro de conventillos gemelos en Once, una rueda de la fortuna en Monserrat, una milonga en Villa Lugano, un paraje de Costanera Sur.
«Hasta los años 90 había algo instantáneamente reconocible de Buenos Aires que el menemismo borró», «fue el principio de una nueva era en la ciudad» y «esas fotos de Lestido registraban agónicamente aquel Buenos Aires que estaba mutando, que estaba desapareciendo», añade en sus palabras del comienzo el escritor.
Un rincón del subte línea E, un comedor para evacuados, una pareja en La Salsera, en Villa Crespo, el Obelisco, el Riachuelo, una manifestación en contra el Indulto, integrantes de la comunidad toba en Ciudad Oculta, la cárcel de Caseros en Parque Patricios son postales que también integran este libro. Fotos hechas, en su gran mayoría, con total libertad, sin una consigna previa de un editor.
«Es una Buenos Aires en el momento del cambio -repasa la fotógrafa-. La foto de tapa es Puerto Madero, donde todavía las veredas eran como las de antes. Estaba toda en construcción. Es uno de los cambios más grandes que hubo en la ciudad. Había una parrilla que se llamaba El rey de la entraña, que tenía las mesas ubicadas sobre la calle de tierra. Yo la amaba. Ahora hay ahí una torre de 30 pisos. Eso es el libro, la clara mutación de Buenos Aires».
Otro suceso se suma al largo camino que llevó a ver este libro impreso. A principios de 2020, Lestido viajó a Islandia -«para cerrar mi periplo sobre el polo norte», en búsqueda del blanco absoluto, desgrana- y allí la agarró el comienzo de la pandemia, por lo que siguió cerrando detalles de este libro vía zoom con Forn: «Entonces Juan me pidió fotos mías de esa época. Le pasé varias y una es la que está incluida, la última del libro, que la da un cierre y donde se me ve con la cámara».
Actualmente, la fotógrafa está realizando una película sobre sus viajes a ese territorio que podría estrenar en 2023. «Hace tiempo que estaba queriendo cambiar de lenguaje expresivo. Ser aprendiz. Y de alguna forma hacer una película es volver a mi origen, porque empecé en el cine y después me fui a la fotografía. Me encanta la coincidencia de este momento: presentar un libro de fotos que son de alguna manera mi origen, que son la precuela de todo, y en simultáneo con la película que estoy haciendo», reflexiona la autora de los ensayos fotográficos «Antártida negra», «México», «El amor», «Villa Gesell» y «Madres adolescentes», entre otros. Además, ha publicado los libros «Mujeres presas», «Madres e hijas», «Interior», «La obra», «Lo Que Se Ve», «Antártida negra» y «Antártida negra, los diarios».