Relatos Indómitos

Truco

por Marta García

Tenemos una amiga que siempre tiene cara de haber ganado al truco. Eso ha dejado de llamarnos la atención no solo porque no sabe jugar al truco sino porque también ha comenzado a hacer cosas raras: perderse. No en los lugares en que se pierden los anteojos o las tapas de las cacerolas, sino dentro de sus propias vísceras.
Hemos desarrollado ante ciertas emergencias un modo de buscarnos fuera de los lugares hegemónicos. Y respetando su espacio personal, nos metimos y la encontramos. Atrapada en un pentagrama como esas abejas que rescata de las telarañas. Acechada por corcheas, claves de sol y bemoles, relamiéndose ante la presa. Nunca sabremos cómo entró en esa melodía. Pero conocemos el motivo.
Cuando una de tus hijas se muere por cruzar distraída, con los auriculares puestos, y te entregan su celular petrificado en la música que escuchó por última vez, te convertís en maga. Y cada vez que escuchás esa melodía, la que la despidió a los 16 años, le agradecés que no la haya dejado sola y permitís que te dé caza. Y que te coma viva y a la vez te abrace.
La dejamos enredada allí donde la encontramos. Tenemos miedo que al querer ayudarla le despeguemos alguna parte, como sucede a veces con las abejitas atrapadas en la telaraña. No sabemos cómo logra semejante acto de magia.
Lo que sí sabemos es que aprendió a jugar al truco.

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