Salvaje represión frente al Congreso

La ronda de jubilados frente al Congreso de la Nación superó su convocatoria habitual. Reunió a diversos sectores en lucha, incluidos trabajadores de salud de los hospitales Bonaparte y Posadas, activistas contra el vaciamiento del Hospital Garrahan y empleados despedidos de empresas como Shell, Linde Praxair y Pilkington. Todos bajo una clara consigna: visibilizar el descontento por despidos discriminatorios y la precarización laboral, así como la necesidad urgente de defender un sistema de salud amenazado por políticas de recorte por parte del Gobierno nacional.

A pesar del intenso calor, la movilización transcurría pacíficamente. Banderas de diversas organizaciones gremiales ondeaban y las voces de los manifestantes resonaban en torno al enrejado perimetral que protege lo que se supone es la casa del pueblo o el palacete de la democracia. Era un momento de unidad donde las historias de luchas individuales se entrelazaban en un relato colectivo. Sin embargo, como en ocasiones anteriores, la jornada fue interrumpida violentamente por las fuerzas de seguridad lideradas por la ministra Patricia Bullrich.

El despliegue de la Policía Federal, Prefectura y el Grupo de Acción Motorizada de la Policía de la Ciudad resultó desproporcionado. En cuestión de minutos, la situación se tornó caótica. Los relatos de los presentes coinciden en describir una intervención violenta, con empujones y golpes indiscriminados. Se utilizaron gases lacrimógenos y se registraron al menos dos detenciones, mientras que muchas personas resultaron heridas. Las escenas captadas por periodistas y ciudadanos revelan el uso de fuerza excesiva contra quienes simplemente exigían ser escuchados.
Uno de los momentos más críticos de la jornada, se destacó la situación de una mujer que se descompensó en medio de la represión. A pesar de que los trabajadores de salud presentes en el lugar intentaron brindarle la asistencia inmediata, se encontraron con el obstáculo que representaba el cerco policial. La intervención de los diputados del Frente de Izquierda fue fundamental para abrir paso a una ambulancia que tardó en llegar, evidenciando que la atención médica estaba supeditada a las decisiones arbitrarias de las fuerzas de seguridad.

Franco Capone, médico y presidente de la Posta de Salud y Cuidados, que se encontraba en el centro del tumulto, atendió a varios jubilados que presentaban dificultad respiratoria y ardor en los ojos a causa del gas lacrimógeno. Con instrumentos adquiridos de su propio bolsillo, él y su equipo demostraron la solidaridad y el compromiso de los trabajadores de la salud, que no solo luchan por un sistema de salud digno, sino que también se convierten en primera línea de atención en situaciones de crisis provocadas por la represión.

A medida que se desarrollaba la jornada, se contabilizaban más de 20 víctimas de la represión, sumando no solo a los manifestantes de organizaciones convocadas, sino también a periodistas y un hombre mayor en situación de calle que también sufrió las consecuencias de la acción policial. La indignación fue palpable, tanto dentro como fuera del Congreso, donde la defensa de los derechos laborales y de atención sanitaria se encontró con la brutalidad de un aparato estatal que parece priorizar el control y la represión por encima de la protección de derechos básicos.

Las atenciones de emergencia fueron facilitadas por equipos de la CEPA y las mencionadas postas de salud, quienes se hicieron cargo de los heridos. Dentro del marco de la Coordinadora de Derechos Humanos (CPM), se realizan monitoreos de estos eventos no solo para documentar lo ocurrido, sino también para garantizar que se respete el derecho de protesta, un derecho fundamental en toda democracia. Este organismo se pronunció al respecto, anunciando su intención de elevar una denuncia penal por lo sucedido. La medida busca dar cuenta de los abusos y excesos cometidos durante la represión, reflejando una creciente preocupación por la falta de respeto a los derechos humanos en el contexto de las manifestaciones.

Imágenes: CPM  /La Izquierda Diario

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