Se Va Buenos Aires
por Federico Coguzza
“Las únicas ruinas que el habitante encuentra al paso son las promovidas por las piquetas de los subalternos del intendente. El intendente, sea dicho entre paréntesis, parece regocijadamente dispuesto a tirar abajo la ciudad”. Roberto Arlt se desplaza por las calles y los barrios. Sale de la redacción lanzado a descubrir, día a día, la ciudad de Buenos Aires. Describe, con la vehemencia y agudeza que caracterizaron su obra, un escenario urbano que muta, se transforma y conmociona a quienes lo habitan y transitan.
“Buenos Aires, paraíso de la tierra” es el título de la “Aguafuertes Porteñas”. Una de las tantas que se publicaron entre agosto de 1928 y julio de 1942 en el diario El Mundo. No habla de negocios inmobiliarios, pero sí de torres y rascacielos. No habla de memoria ni de patrimonio, pero sí de demoliciones. Afirma, arriesga: “Ver destruir es el espectáculo que más gusta presenciar al hombre porque su instinto le dice que tras de lo que se ha destruido tiene que levantarse algo nuevo”.
Cualquier coincidencia con la actualidad no es casual, sobre todo por las políticas y las formas de abordar la ciudad que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta dispone. ¿No resultará conveniente reflexionar sobre la ciudad que queremos, que deseamos y anhelamos? ¿Se nos impone un sentido de ciudad, mercantil y privatista? ¿O hay tendencias dominantes y formas de vivir el espacio urbano que se tornan más legítimas, más visibles, más posibles que otras?
“Se va Buenos Aires”: un proceso de neoliberalización de la Ciudad
Sábado 30 de octubre. El cielo es de un solo color y el sol pega fuerte. En pleno Centro porteño, alrededor de la Legislatura, una movilización abraza una bandera que dice “Amamos Buenos Aires”. La forman varias decenas de organizaciones y exigen, entre otras cosas, “control vecinal sobre los organismos que deciden acerca del patrimonio porteño y la planificación de la Ciudad, como está previsto en el Art. 1 de la Constitución de CABA y la Ley de Comunas.”.
“Torres No” “Costanera Verde” “Devuelvan el playón” son otras de las consignas y banderas que se despliegan. En dialogo con Periódico VAS, Mauro Sbarbati, activista y miembro de la ONG Basta de Demoler, nacida con el objetivo de conservar el patrimonio arquitectónico de la Ciudad de Buenos Aires, afirmó: “Le pusimos ‘Se va Buenos Aires’ porque están tirando todo abajo, están vendiendo toda la tierra pública que podría ser espacio verde y literalmente están rematando todo, no va a quedar nada. Por eso ‘Se va Buenos Aires’ y es definitivo. Si se va no hay marcha atrás”.
“¿Llevar ciudad donde no la hay?: Un análisis de la coyuntura ideológica en torno de la venta y rezonificación de Costa Salguero y Punta Carrasco” se titula el trabajo realizado por el Grupo de Estudios Críticos sobre Ciudades, Ideología y Comunicación de la Facultad de Sociales, UBA. Desde el campo de los estudios de comunicación, se piensa cómo la neoliberalización opera profundamente en el orden de las significaciones, donde los aspectos ideológicos, discursivos y subjetivos son muy importantes.
Adrián Negro, Licenciado y Profesor en Ciencias de la Comunicación Social (UBA) e integrante del grupo dirigido por Silvia Hernández, en conversación con Periódico VAS afirmó: “Hablamos de ‘neoliberalización’ y no de neoliberalismo, porque entendemos que se trata de un proceso tendencial, inacabado y contradictorio. Es decir, no es una cuestión homogénea y coherente que comienza y termina de un día al otro, sino que hay temporalidades amplias y complejas que exceden a una gestión de gobierno. No obstante, es notorio que la gestión que comenzó con Mauricio Macri en el 2007 y continúa hasta hoy con Rodríguez Larreta se inscribe en este proceso y lo refuerza a través de sus políticas, pero es posible rastrearlo, a grandes rasgos, desde mediados de la década del 70. En concreto, ese proceso de neoliberalización no abarca solamente a determinadas políticas económicas o a la mercantilización de la ciudad, sino también a las formas de habitarla, sobre las maneras en que se vive, se piensa y se siente la ciudad, y también sobre lo que sus habitantes son y deben ser”.
Patrimonio: identidad, memoria y consumo
Un volante, de los muchos que se reparten, agrega información: “De los 141.000 edificios anteriores a 1941; que podrían ser declarados patrimonio arquitectónico, tan sólo el 13 % fueron seleccionados por el GCBA para tratar su protección en la Legislatura. Estos 18.500 edificios están en un limbo legal, sus proyectos de ley de protección están perdiendo estado parlamentario. Y los restantes esperan la demolición”.
En relación con esto, Sbarbati afirmó “Decimos que sin patrimonio no hay ciudad ni futuro, porque el patrimonio es un recurso social y cultural no renovable. Es nuestra forma de vivir y en la que veníamos viviendo. Lo que nos habilita a pensar, que de acá en adelante será más complejo vivir en nuestra ciudad. Tampoco hay futuro, porque se está ignorando el valor agregado que dan las restauraciones, la recuperación, y la disminución de los residuos sólidos por las demoliciones”.
Para Silvia Hernández, doctora en Ciencias Sociales, magíster en Estudios Interdisciplinarios de la Subjetividad y licenciada en Ciencias de la Comunicación, “Lo interesante es que el sentido del ‘patrimonio’ no es único y evidente. Para algunas organizaciones barriales, el patrimonio remite a las identidades locales materializadas en construcciones añosas y de baja altura. Pero también vemos que desde los años ’90 la temática del patrimonio ingresó fuertemente en las agendas de distintas dependencias estatales. Acá, el patrimonio se vinculaba más bien con la producción de una imagen de la Ciudad que permitiera difundir y generar circuitos turísticos destinados al consumo. Mi lectura sobre la relevancia adquirida en los últimos años por el patrimonio es que, ante la sensación generalizada de que la Ciudad se transforma de un modo acelerado, el ‘patrimonio’ aparece como una respuesta ideológica que permite tramitar la relación de la ciudadanía con la memoria urbana”.
Espacio público y espacio privado
Consultada sobre la relación entre lo público y lo privado, Hernández afirmó “Encontramos dos relaciones principales entre lo público y lo privado: una de complementariedad, donde la actividad privada mejoraría al espacio público y otra de mutua exclusión, donde el espacio privado se contrapondría al espacio público. Otro hallazgo respecto de los sentidos asignados al espacio público es que en esta coyuntura ideológica subyacen al menos tres sentidos para este término: un régimen jurídico de propiedad contrapuesto a lo privado; una cualidad de los espacios físicos, opuesta tanto a lo cerrado como a lo gris; y una dimensión de la vida social ligada a su politicidad, contrapuesta a lo íntimo y a lo individual”.
Por último, Hernández sostuvo “cuando aparece como una instancia de la vida común, el sentido dominante de ‘espacio público’ es el de un escenario consensual, donde la conflictividad política se presenta como anómala. Esto es un núcleo central en la discursividad de la gestión urbana del GBCA, pero es necesario prestar atención en cómo estas formas de la ideología dominante a veces son suscriptas desde el campo popular. El debate en favor de una puesta en marcha de una mirada compleja del espacio de lo público es central para poder imaginar proyectos para una ciudad popular, justa y democrática en un sentido fuerte”.
Mientras pisamos los escombros del edificio social que se desmorona, la prosa de Arlt sigue vigente: “Nubes de arena como en el desierto africano, en el centro de Buenos Aires. Demoliciones en la calle Cangallo. En Carlos Pellegrini. En Sarmiento. Edificios despanzurrados”.
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INFORMACIÓN DEL GRUPO
Grupo de Estudios Críticos sobre Ciudades, Ideología y Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales, UBA.
https://geccic.wordpress.com/
Directora: Silvia Hernández – Doctora en Ciencias Sociales (UBA-Paris 8), Magíster en Estudios Interdisciplinarios de la Subjetividad (UBA) y Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA). Es docente de la carrera de Comunicación Social de la UBA y de la carrera de Edición (FILO, UBA).
Resto de integrantes:
Adrián Negro: Licenciado y Profesor en Ciencias de la Comunicación Social (UBA) y Especialista en Comunicación Pública de la Ciencia y la Tecnología (UBA).
Lucas Fernández: Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social (UBA).
Mariano Caputo: Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social (UBA).
Marien Nahir Juairi: Estudiante de Ciencias de la Comunicación Social (UBA).