La Otra Historia de Buenos Aires

  Segundo Libro PARTE XXIV A por Gabriel Luna Los piratas, el contrabando y la Virgen de Luján En enero de 1671, mientras el pirata Henry Morgan ponía sitio al puerto de Panamá, el gobernador Martínez Salazar intentaba controlar el contrabando en Buenos Ayres. Tanto Panamá, en el océano Pacífico Norte, como Buenos Ayres en el Atlántico Sur, pertenecían al Virreinato del Perú, y ambos puertos eran las “puertas” de América para el Imperio español. De hecho, la “puerta” principal era Panamá. Desde allí, la ruta del Pacífico inaugurada por (Leer más…)

Mi Tío cumple 43 + 1 año

por Gabriel Luna Mi Tío es la pizzería con esencia de barrio sita en la esquina de Defensa y EE UU, pleno centro y adoquines de San Telmo, barrio fundador de la Ciudad de Buenos Aires. La calle Defensa antes se llamaba Mayor o De la Mayor, porque en tiempos coloniales conducía a la Plaza Mayor -que hoy es Plaza de Mayo-, y luego se llamó Defensa en conmemoración de las Invasiones Inglesas -que tuvieron por escenario esta zona, con las célebres echadas de aceite hirviendo-. La zona de San (Leer más…)

La Otra Historia de Buenos Aires

Segundo Libro PARTE XXIII  por Gabriel Luna El 2 de junio de 1670 arriban a Buenos Ayres el navío de permiso “San Hermenegildo” y el patache “San Miguel”, una pequeña embarcación de guerra que sirve de escolta, para dar avisos, reconocer las costas y ayudar a fondear en los puertos. Hay entonces cinco barcos holandeses distribuidos en la costa y dedicados a la exportación de cueros, pero se ha reservado el mejor lugar para fondear al “San Hermenegildo” en el pozo de la Merced -ubicado entonces sobre la actual avenida (Leer más…)

La Otra Historia de Buenos Aires

Segundo Libro PARTE XXIIB  por Gabriel Luna Tras ser denunciado (traicionado, según su entender) y perder una fortuna en el contrabando de esclavos, Amador Rojas Acevedo deja el Perú y vuelve a Buenos Ayres. Llega una noche, subrepticiamente, creyendo por anónimos y suspicacias que su mujer, Gregoria Silveira Cabral, también lo traiciona. Pero no encuentra en el tálamo al amante sino a su suegra, Isabel Cabral, que al ver una espada apuntándola, clama horrorizada entre sábanas encomendándose a Dios y todos los santos y enumerando las virtudes de su hija. (Leer más…)