Relatos Indómitos

El niño que abrazaba los semáforos por Marta García Tenía siete años. Su mamá se ponía roja para que él pudiera bailarle a unos autos que no querían pagar la entrada a ese espectáculo único: Michael Jackson y su caminata lunar en patas. También le cuidaba el trapito y ante una inminente lluvia de desprecio lo rescataba poniéndose verde. Cosas que sólo hace una mamá. Con los mocos colgando, olor a pis y limpiándose con servilletas usadas, dormía debajo de un banco de la plaza con ese calor que construye (Leer más…)

Relatos Indómitos

Truco por Marta García Tenemos una amiga que siempre tiene cara de haber ganado al truco. Eso ha dejado de llamarnos la atención no solo porque no sabe jugar al truco sino porque también ha comenzado a hacer cosas raras: perderse. No en los lugares en que se pierden los anteojos o las tapas de las cacerolas, sino dentro de sus propias vísceras. Hemos desarrollado ante ciertas emergencias un modo de buscarnos fuera de los lugares hegemónicos. Y respetando su espacio personal, nos metimos y la encontramos. Atrapada en un (Leer más…)

Relatos Indómitos

Quitamanchas por Marta García Hace muchos barrios, una chica con zuecos cruza la avenida 24 de Septiembre y cae. Los autos le pasan por encima. “Cruzó en rojo”, dicen las personas que cruzan en verde, en un tono acusatorio vial sin precedentes en barrio General Paz. Nadie da un segundo de sus vidas para ver si a la chica de los zuecos le hace falta. Ni el semáforo se detiene. La vecindad y el tránsito siguen ejecutando las órdenes en rojo o en verde, turnándose para no ayudarla. Hasta que (Leer más…)

Relatos Indómitos

El hámster de Edmundo Rivero por Marta García Todos los días, a la siesta, el taller era inhalado por una caverna y exhalado por un “¡Buen díaaaaa!”. Y nadie oponía resistencia. No teníamos modo. Era enorme. Su cuerpo de atractivo circense de siglo diecinueve y voz con tesitura cenote, convertía nuestras voces en ecos con laringitis. Su compañero de vida era un hámster que siempre venía asomado a un bolsillo de su saco. Un saco que solo usaba para trasladarlo porque tenía bolsillos cómodos y el forro sano. Nunca salía (Leer más…)