«Somos bomberos» en Andamio’90
Maite Velo, directora de «Somos bomberos», la obra que los sábados en Andamio 90 explora con humor e incorrección política el desborde emocional de una brigada masculina de bomberos voluntarios, explicó que lo que la interpeló de la pieza escrita por Francisco Lumerman es que «toma riesgos» por fuera de «la mirada progre y aleccionadora que censura».
«Cuando la leí me cautivó el universo masculino que recorre y desde el feminismo me interpeló desde un lugar bastante políticamente incorrecto: sabía que era un material riesgoso por todo lo que se dice en ese cuartel», dijo sobre la pieza.
Escrita por Lumerman hace más de una década como trabajo final de la carrera de dramaturgia en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático y con la supervisión de Mauricio Kartun como docente, la obra comienza con una brigada -alejada por completo del imaginario inmaculado del «héroe» que se construye alrededor de la figura del bombero voluntario- desmoralizada por dos incendios traumáticos en poco tiempo: un pool del barrio y su propio cuartel.
En medio de la delicada situación emocional que atraviesa el equipo, una doctora intentará ayudarlos a bucear en sus sentimientos.
El puntapié de Lumerman para mezclar estos dos universos a priori incompatibles -un grupo de hombres machistas y viriles llorando con una psicóloga- fue una vivencia personal de juventud: «Yo sufrí mucho bullying, era tildado de homosexual, no me gustaba el fútbol, no cumplía con ninguno de los estereotipos y la pasé mal, así que era como una especie de venganza escribir esta obra», se ríe 12 años después, cuando finalmente vio la luz interpretada por Daniel Begino, José Escobar, Lucia Kairuz, Vanina Montes, Juan Trzenko, Ivan Vitale, Jonathan Yoffre y Juan Zuluaga.
«El mundo de los bomberos me llamaba mucho la atención de por sí, la idea de servicio, de gratuidad, de poner todo en un proyecto y un poco se me hacía similar al teatro alternativo -agregó- pero también me gustó el link con esas masculinidades que suelen estar muy lejos de conectar con las emociones y la sensibilidad».
Después, Lumerman se recibió y la vorágine laboral entre sus roles de actor, director y dramaturgo («El amor es un bien», «El río en mi», «Emilia», «Un rato con él», «El adulador») hizo que dejara el texto sin estrenar. Hasta que desde Andamio 90 le ofrecieron a Maite Velo el espacio para dirigir:
«Así que lo contacté a Francisco porque me encantan sus materiales, el vuelo que tienen y siempre hay algo muy lúdico que me convoca, así que le pregunté si tenía algún texto con humor y cuando leí ‘Somos bomberos’ algo me encanto».
¿La incorrección política que tiene la obra fue una búsqueda concreta?
Maite Velo: Estoy un poco cansada de esta mirada progre y aleccionadora que censura. A la vez, me siento re expuesta porque un montón de amigos me han dicho «ay, hay cosas que no puedo escuchar más», pero me parece que podemos reírnos de nosotros mismos, de quiénes somos y quiénes fuimos. Yo también como mujer era parte de esto y celebro cuando veo riesgo en el teatro. Aplaudo a los que no les es cómodo.
Francisco Lumerman: Cuando siento que el teatro trabaja solo para la clase media progresista, en sintonía con la temática de la obra, me dan ganas de prender fuego todo. Me parece que está bueno replantearse cuál es el rol del teatro y entender también que cada material tiene que encontrar su público y probablemente haya algo con esa obra que suceda así.
Maite Velo: Sigo confirmando que me interesa que el teatro sea popular, que lo pueda ver cualquiera, que le pase algo al que está acostumbrado a ver teatro y al que no también porque el teatro tiene que ser un lugar donde pueda caer cualquiera.
A la vez la obra se mete con una institución muy sagrada como la del bombero voluntario.
Francisco Lumerman: Sí, sagrada y que a la vez están al margen. Todos lo tenemos como héroes nacionales pero no sabemos ni dónde están los cuarteles ni hacemos nada para ayudarlos. Es gente que está muy sola. En lo personal me interesaba mucho la idea de un hombre buscando una aprobación: «soy un héroe», y después cuando algo sale mal los quieren linchar y dicen «nadie nos viene a saludar cuando salvamos a alguien». Me gustaba meterme con estas contradicciones.
¿Cómo fue el proceso de la puesta? ¿trabajaron juntos?
Maite Velo: De entrada, él generosamente me dijo «yo estoy, hacé lo que quieras conmigo, si querés voy, si querés no voy». Yo necesitaba encontrar mi propia lógica pero él está muy presente, vino a lo largo de los ensayos. Para mí era una mirada súper importante.
Los dos vienen del teatro independiente, Francisco tiene Teatro Moscú con Lisandro Penelas, ¿Cómo evalúan la reactivación del sector?
Francisco Lumerman: Lo que puedo observar acá en Moscú es que se valoriza mucho lo que no estuvo y ahora tiene un valor para el que viene, aunque todavía hay un trabajo para hacer para los que se desconectaron, pero en general siento que hay algo celebratorio alrededor de la vuelta. Y muchos desafíos por delante para sostener la actividad. Los que hacemos tenemos muchas ganas de hacer. Y es una alegría que sea mutuo.
Maite Velo: A mí me sorprendió ver que durante la pandemia nos la rebuscamos cada uno desde su sector. Ante la necesidad aparece la comunidad. Igual que el cuartel de Bomberos voluntarios de La Boca, que es el número 1, que en época de inmigración que las casillas se incendiaban cada dos por tres y los bomberos no llegaban y por eso la comunidad se organizó. Así surge ese cuartel, de la respuesta colectiva y el teatro independiente también es eso.
«Somos bomberos» se presenta los sábados a las 20.30 en Andamio 90 (Paraná 660).
Foto/ Fuente: Télam