Somos Télam: Volvemos a trabajar. La lucha continúa

Este miércoles, después de 128 días de lucha, resistencia y acampe frente a las oficinas de la agencia de noticias y publicidad estatal Télam, sus trabajadores volvieron a incorporarse a sus puestos de trabajo. En estos largos cuatro meses, la planta de personal se redujo de 750 a 410 empleados/as, de los cuales 310 forman parte del equipo periodístico y 100 de área de publicidad. Mientras que 340 optaron por acogerse al retiro voluntario propuesto por la intervención.

Desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), sostienen que esta nueva etapa es fruto de la persistente y prolongada lucha librada por las y los trabajadores para evitar el cierre definitivo de la agencia, anunciado por el presidente Javier Milei a principios de marzo.

El 1 de marzo, en medio de la apertura de sesiones legislativas, Milei anunció por cadena nacional el cierre de Télam. Dos días después, se vallaron los accesos a los edificios de la agencia, dejándola silenciada. En respuesta, los trabajadores, delegados de la Comisión Interna y la conducción del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) decidieron permanecer en las instalaciones para resguardar el patrimonio público y visibilizar su lucha.

Así comenzaron los acampes, tanto en la sede de calle Bolívar, como en Av. Belgrano, donde funciona el departamento informativo de la agencia. Durante 128 días ininterrumpidos, las y los trabajadores resistieron lluvias, calores intensos, el Dengue, el gélido frío de este crudo invierno y experimentaron en carne propia que la calle no es un lugar para vivir, ni para morir, pero sí para luchar. Insignia con la que mantuvieron vivo el espíritu de Télam a través del portal «Somos Télam«, una plataforma que les permitió demostrar su profesionalismo y dar a conocer los conflictos gremiales y sociales que otros grandes medios solían silenciar.

Este portal realizó un seguimiento exhaustivo de los diversos debates y conflictos sociales. Desde las discusiones en torno a la Ley de Bases hasta las huelgas, despidos y recortes en el sector público y privado.
Las problemáticas de género, los femicidios y las luchas del movimiento LGBTQ+ han ocupado un espacio destacado, en un contexto en el que se cuestiona la necesidad de políticas públicas que atiendan las demandas del movimiento feminista y de la diversidad.
En tanto que el impacto de las medidas económicas y laborales del gobierno en la vida cotidiana de los ciudadanos ha sido analizado con el rigor que caracteriza al trabajo de los periodistas de la agencia. Además, se ha dado voz a los sectores de la Iglesia comprometidos con la opción por los pobres.
Las coberturas especiales de eventos como el 24 de marzo, la gesta de Malvinas y la marcha universitaria del 23 de abril fueron narradas de manera prolífica, llegando a ser retomadas por varios medios del país.
Todo este enorme trabajo periodístico, realizado en el marco del acampe y la resistencia, recibió el apoyo de organizaciones sociales, sindicales, gremiales, periodísticas, artísticas y comunitarias, tanto a nivel nacional como internacional.

El 1 de julio, el gobierno decretó la reconversión de Télam en APESAU, una sociedad anónima que se encargaría únicamente de la función publicitaria, mientras que la agencia de noticias quedaría bajo la órbita de los Servicios de la Radio y Televisión Argentina (RTA), una de las pocas empresas estatales que quedó fuera de la licuadora privatizadora de la Ley de Bases, promulgada el lunes de esta semana. Ante este escenario y, tras el retiro de vallado perimetral que impedía el ingreso a las oficinas de la empresa, las y los trabajadores nucleados en SiPreBA, levantaron el acampe y resolvieron retomar sus tareas, con la firme intención de seguir luchando para que Télam vuelva a ser una única empresa, pues consideran que el rol periodístico y publicitario forman parte de una misma unidad conceptual para garantizar la soberanía informativa y una comunicación federal y plural.

En un país donde los medios de comunicación se encuentran cada vez más concentrados y centralizados en la Ciudad de Buenos Aires, la función histórica de Télam cobra una importancia fundamental. Sus 128 años de trayectoria la convierten en un pilar indispensable para la difusión de información descentralizada y para la visibilización de las luchas de los diversos sectores del país.

La defensa de los medios públicos y del derecho a la información de toda la sociedad seguirá siendo la principal batalla de los trabajadores de Télam. Conscientes de que su lucha trasciende los límites de la agencia, se han propuesto continuar mostrando lo que los grandes medios suelen censurar: las luchas del pueblo argentino por la soberanía, contra el ajuste y por sus derechos en cada rincón del país.

En unidad, las y los trabajadores de Télam siguen diciendo: «Los medios públicos se defienden, la patria no se vende». Su determinación y compromiso con la soberanía informativa y la comunicación federal y plural han sido el motor de esta prolongada batalla, que los ha llevado a recuperar su lugar de trabajo y a reafirmar el papel fundamental de Télam en el sistema de medios argentino.

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