Suenan las voces para salvar el cine Gaumont
por Rafael Gómez
El miércoles 25 de abril, entre la boiserie y las arañas de cristal del salón San Martín de la Legislatura porteña, se celebró la Audiencia Pública para salvar de la piqueta al tradicional cine Gaumont, de avenida Rivadavia 1635.
El peligro de la demolición surgió cuando los dueños del edificio Gaumont decidieron no renovar el contrato de alquiler con el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), que vence en el 2013. Intervino entonces la presidenta del INCAA, Liliana Mazure, que elaboró un proyecto de “Protección Estructural al cine Gaumont”. Este proyecto fue tomado e impulsado por el legislador porteño Juan Cabandié (FPV) y se tramita con el expediente Nº 1982/2011 para convertirlo en Ley. En este proceso, y dado que el Gaumont forma parte de la memoria y del quehacer cultural de nuestra comunidad, se convocó a la Audiencia Pública. Una herramienta participativa y horizontal, que permitirá a los funcionarios enriquecer el proyecto de protección con las opiniones y las distintas voces de la comunidad.
Las voces
Alejandro Sammaritano (director de Cine Club Núcleo): Resaltó la importante difusión del cine argentino independiente que se hace en el cine Gaumont. “Esto genera la fuente de trabajo de una industria”, dijo. Y señaló que Cine Club Núcleo, la entidad creada por su padre, Salvador Sammaritano, hace casi 60 años y que fuera declarada de interés cultural por la Legislatura, tiene su sede en el cine Gaumont. Dijo además, que “el cine tiene la pantalla más grande de Sudamérica y una lámpara de 7000 W que permite proyecciones de muy alta calidad”.
Gabriel De Bella (arquitecto y vecino de Floresta): De Bella forma parte de los vecinos del barrio de Floresta que están luchando por la recuperación del cine Gran Rivadavia, en Rivadavia 8636. Invocó la Ley 1227 de Protección al Patrimonio, que defiende la identidad y la memoria colectiva. Recalcó la necesidad y el derecho de la comunidad de congregarse frente a una pantalla “para ver nuestras películas y nuestras historias”.
Ana Celentano (actriz): Leyó un texto de la Asociación Argentina de Actores, donde se destaca el patrimonio arquitectónico y también la actividad cultural de la sala Gaumont, “centro neurálgico del INCAA, que hace posible la industria cinematográfica nacional y profundiza la diversidad cultural”.
Pablo Echarri (actor): Habló de la deslealtad del cine norteamericano y la importancia del INCAA para fortalecer la actividad del cine nacional. Y habló de la importancia de conocer, instruirse y reflexionar al ver en la pantalla nuestras propias historias. “Eso, casi intangible, es el valor de la cultura”, dijo.
Luis Puenzo (director de cine): “El cine Gaumont es el primero de los espacios INCAA, el número 1, el espacio de cabecera, de los 45 espacios INCAA que hay en todo el país. Si desapareciera podrían desaparecer los otros, podría caer todo el sistema de difusión del cine nacional”.
Hernán Gaffet (director de cine y miembro de la Cinemáteca): Describió al cine como una categoría de documento y lo enfrentó al mercado audiovisual, que sólo busca a la masa y el consumo. El cine apunta a la transformación emocional e intelectual de las personas, dijo. “Toda película, vista en el lugar para el que fue concebida: la sala cinematográfica, es una clase de historia, un puente entre generaciones. Y así como una película no es menos que un libro, un cine no es menos que una biblioteca o una escuela”.
Leona Engina (acomodadora del cine Gaumont): Se presentó como personal de maestranza, empleada del INCAA y acomodadora desde hace tres meses. Dijo venir en representación de todos sus compañeros, para preservar la fuente de trabajo, y para que siga el cine.
Pablo Mazzola (coordinador artístico de la red de espacios INCAA): Avaló la opinión de Luis Puenzo y señaló que hay una gran demanda de pantallas en el país para proyectar cine nacional y latinoamericano. Dijo que el Gaumont tiene tres pantallas muy concurridas, y que la perspectiva de este año es superar los 500.000 espectadores.
Osvaldo Casella (organizador del Festival Internacional del Cine Político): “No existe otro lugar que el cine Gaumont y los demás espacios INCAA para celebrar un festival de cine político”, dijo. Definió al Gaumont como imprescindible y confía en el arribo de una Ley para su protección, pero advirtió sobre las costumbres del jefe de gobierno porteño, que ha sido caracterizado como “vetador serial” o afectado por el “síndrome del veto precoz”. Por último, enunció un proyecto para la difusión del cine nacional, poniendo en juego las salas disponibles en cada Comuna y creando una programación para toda la Ciudad. Apuntó con esto a una difusión del cine comprometido y a generar una soberanía cultural.
Graciela Borges (actriz): “Yo nací al lado del cine Gaumont, pegadita, en un edificio francés, donde ahora vive Adriana Aizemberg, y la primera palabra que dije fue ‘luz’ (…) “Entre las cosas que amo está ver cine. Las películas, desde mi adolescencia en Dolores, me llenaban la cabeza y el corazón de pensamientos distintos y maravillas” (…) “El cine fue una referencia de los momentos de mi vida, cuando hice esa película tenía aquel novio, en aquella escena estaba mal dormida” (…) “Quiero que los cines queden abiertos, que sigamos gozando, porque son un espejo. El cine Gaumont es un referente enorme y maravilloso. Debemos apoyarlo. Si no apoyamos lo que tenemos en la vida, nos va a ir mal”.
Ana María Picchio (actriz): No estaba en la lista de oradores, fue invitada por Graciela Borges, y pidió disculpas por presentarse en zapatillas. “Yo he visto caer teatros: el Odeón, el Astros, el Politeama, el Gran Splendid, tantos otros… Y no podíamos hacer nada; hasta que ahora este santo de Juancito (en referencia al diputado porteño Juan Cabandié) impulsa una ley para protegerlos”.
Pablo Flores Brañez (miembro del Consejo Consultivo de la Comuna 1): Advirtió que el cine Gaumont está en la Comuna 1 y tomó la propuesta de Osvaldo Casella para habilitar las salas disponibles en las Comunas para difundir el cine nacional ante el avance de la cadena estadounidense Cinemark, “que acaba de comprar a la cadena Hoyts y ya tiene 1250 cines en el país”, dijo.
Gerardo Gómez Coronado (defensor adjunto del pueblo de la Ciudad): Señaló que la preservación del patrimonio cultural tiene rasgo constitucional; pero además, preservar la cultura es construir ciudadanía. Y pidió a los legisladores, “que si bien no tienen atribuciones para legislar sobre la difusión del cine nacional, sí pueden poner en el articulado de la Ley: garantizar el uso cine”.
Mónica Capano (secretaria general de la Comisión para la Preservación Histórica cultural de Buenos Aires): “En la Comisión de Patrimonio hablamos de sacralidad de sitio cuando nos referimos a un espacio donde se produce cultura” (…) “La destrucción de referentes como monumentos, centros culturales, cines, teatros, tiene enormes consecuencias en los mapas cognoscitivos y emocionales de los habitantes”. Y habló a continuación de la protección estructural y la protección de uso. “La significación cultural se corporiza en el sitio propiamente dicho y en su uso. Cuando el uso de un sitio es de significación cultural, como en el caso del Gaumont, entonces debe mantenerse.
Qué podemos esperar
La Audiencia Pública terminó a sala llena y en un aplauso cerrado. Las voces habían dicho todo o casi todo. El público se iba distendido, con la sensación del deber cumplido. Algunas señoras se sacaban fotos con Pablo Echarri, otro grupo hablaba con Puenzo, y otro con Graciela Borges y Ana María Picchio. Periódico VAS le preguntó a Juan Cabandié cómo seguiría el proceso de la construcción de la Ley. “El Proyecto será tratado en comisión, y una vez aprobado, pasará al recinto”, respondió.
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Ver también:
Sólo la movilización popular, logra -a veces- salvar parte de nuestro patrimonio urbano/arquitectónico/cultural…
x el patrimonio ARGENTINO, y los no patriotas, que se vayan y que no vuelvan más. que se queden lo patriotas a seguir con este modelo!!!!!!!!!!!