Un alambrado de copio y pego
por Marcelo Valko
Hace casi diez años, en su primera campaña electoral Donald Trump lanzó una de sus habituales bravuconadas: “Les voy a construir el muro más grande que jamás hayan visto. ¿Y adivinen quién lo va a pagar? ¡México!” (BBC, 31/08/2016). Ahora que Trump regresa a la Casa Blanca vuelve con más de lo mismo sumando más muro al muro y prometiendo las mayores deportaciones de la historia para poner coto “a pandilleros, drogadictos, mal nacidos y traficantes extranjeros”. Esta clase de planteos retumbaron por estos lares en los cerebritos bananeros de unos cuantos comenzando por Milei que no cabía en sí de gozo al haber sido invitado a la nueva asunción de su mentor en Washington. Mientras un segmento de argentina que aún tiene posibilidad disfruta de unos días de vacaciones en playas o montañas en tanto la mayoría de la población pasa el verano bajo la sombra de un árbol y los pies metidos en una palangana con agua de la canilla, el presidente Milei a quien sus aduladores que vienen a esquilmarnos lo convencen de su talla de estadista mundial, viaja al Foro de Davos. Ni lerdo ni perezoso introduce unos rápidos retoques al discurso que tenía planeado acorde a los dichos que acaba de escuchar en la asunción por boca de Trump. A sus ya clásicas amenazas contra los “zurdos de mierda, hijos de puta, los vamos a ir a buscar” (Infobae, 09/10/2024), garabatea una serie de ocurrencias sobre “la inmigración”, una cuestión con la que abre el Preámbulo de la Constitución Argentina dando la bienvenida a quienes quieran habitar este suelo. Milei, fiel a su ídolo acusó al wokismo y su ideología de género como raíz de todos los males: “El wokismo también ha distorsionado la causa de la inmigración”. Y siguiendo la partitura del nuevo inquilino de la Casa Blanca que, dicho sea de paso, su esposa Melanija Knavs y madre de su hijo Barron es una inmigrante eslovena, Milei se lanzó contra la “inmigración masiva de hordas de extranjeros que abusan violan y matan” (Infobae, 23/01/2025).
Por supuesto, los funcionarios que lo secundan, en especial la campeona del salta panqueque de la política y en sus ratos libres ministra de Seguridad Patricia Bullrich tomó muy en cuenta lo dicho por el primer mandatario. Ni lerda ni perezosa viajó al norte del país a la localidad de Aguas Blancas frontera con Bolivia y se sacó unas fotos en medio de unas plantas mirando a cámara donde prometió solucionar el problema del narcotráfico instalando doscientos metros de alambre. La ministra aseguró que la medida es fundamental para “cuidar una frontera muy caliente, por donde más cocaína entra en la Argentina” (Perfil, 28/01/2025). La localidad de Aguas Blancas límite con Bolivia, como tantas ciudades de frontera vive de la compra venta. Según pasan los años y las devaluaciones de las monedas de uno y otro país, de pronto resulta más económico comprar allá y vender acá o viceversa. Más del 80% de la población fronteriza trabaja de cruzar los enormes bultos de mercadería de uno y otro lado. La droga toma otro camino. Mientras la ministra Bullrich realizaba tales declaraciones con tono muy serio como corresponde a una funcionaria de la máxima seguridad, una avioneta Cesna procedente de Bolivia con un cargamento de droga después de atravesar dos mil kilómetros sin que ninguna “Fuerza” lo captara en ningún radar aterrizó cerca de Buenos Aires por falta de combustible y fueron los pobladores del campo los que avisaron a la policía.
Ahora bien, el alambrado de doscientos metros de Bullrich es algo tan pero tan absurdo que nada menos que La Nación, encolumnada con el gobierno, no le queda más remedio que titular: “200 metros de alambre para la polémica y 742 kilómetros de frontera permeable con Bolivia”. El periodista que realiza la nota explica con sencillez a sus asombrados lectores: “Tres fuerzas federales custodian esa longitud donde el municipio quiere instalar una cerca; sin embargo, el contrabando se mantiene con sólo evitar ese lugar y caminar unos pasos más” (La Nación, 29/01/2025). ¡Verdad, aunque usted no lo crea! Así de absurdo es el copio y pego criollo, buscando ser imagen y semejanza del Gran País del Norte… Si yo fuera un marciano y estaría leyendo estas noticias en alguno de los canales del planeta rojo mencionados por Bradbury en sus “Crónicas” no pararía de reír, el problema es que soy argentino, estoy acá y no me causa gracia…
Desgraciadamente Argentina tiene una penosa tradición de muros y fronteras para delimitar con una barrera nítida de un nosotros inclusivo frente a “ellos”. No fue inventada por Milei ni la Salta panqueque, pero sí por los “héroes” del pasado que reivindican. Es el único país del continente que trató de implementar el trazado de una profunda trinchera de 700 kilómetros cortando el territorio para separar blancos de indios conocida como Zanja de Alsina. De esa forma se llevaba a la práctica la idea de Domingo Sarmiento sobre Civilización y Barbarie. Sucedió en el último cuarto del siglo XIX y su construcción no fue para nada modesta, de hecho, fue la obra pública más onerosa de todo el siglo XIX antes de los ferrocarriles. A quien le interese, lo invito a ahondar en tal despropósito viendo gratuitamente por YouTube el documental La Muralla Criolla de Sebastián Díaz, que explica este desquicio que acabó en nada, como seguramente terminarán estos 200 metros de alambrado de un ridículo copio y pego.
Hace poco, en este mismo medio publiqué “Soñar en inglés: ¿dónde queda el futuro?” en referencia a las caravanas de migrantes latinoamericanos conocidos como dremears, soñadores. La meta de esa gente que avanza a pie, como en una procesión doliente es lograr ingresar a USA a como dé lugar y manotear algunas migajas del sueño americano. Ya antes de la llegada de Trump, la tenían bien difícil dado que el gobernador de Texas Greg Abott, otro copio y pego, pero a otro nivel puso lo suyo al instalar un “muro flotante” con boyas cubiertas de púas en el río Bravo que hace de barrera natural entre ambos países para que no crucen los migrantes.
El norte, además de esquilmar a nuestros países mediante modelos primarios de extractivismo, altamente depredadores y contaminantes, que lo único que hacen en realidad es capitalizar formas de intercambio asimétrico, el valor agregado, que siempre queda fuera de nuestras fronteras. Entre los bienes primarios que extraen, también se tragan nuestros sueños, cuyo valor agregado, onírico en este caso, se manufactura y desarrolla en el norte. En ese norte donde la automatización comienza a expulsar cada vez más personas de los empleos. Hoy en día, los muros comienzan a indicar y convertirse en algo muy distinto que en el pasado. La Gran Muralla China se erigió por temor a la irrupción de los bárbaros. Hoy en día los muros revelan otra cosa: en este sistema económico la gente sobra. Y será peor cuando la Inteligencia Artificial se expanda. Cada vez mayor cantidad de personas están fuera del sistema económico, son percibidos como un lastre, una carga dado que ni siquiera “sirven” como buenos consumidores. Es tiempo que los dreamers despierten y comiencen a soñar aquí, cambiando este sistema perverso que solo piensa en la exclusión con muros y hasta risibles alambrados de copio y pego. Defendamos nuestros sueños y levantemos aquí nuestro futuro, construyendo cada uno en su lugar una Patria Grande. Es lento, pero viene…