Vaca muerta: lo que no te cuentan…

por Marcelo Valko

El año pasado el 3° Malón de la Paz llegó a Buenos Aires para solicitar al gobierno nacional que intervenga la provincia de Jujuy debido a la reforma de su constitución a pedido de las megamineras. Es decir, el exgobernador Gerardo Morales se transformó en un excelente y dócil empleado de las corporaciones mineras que buscan extraer litio y boro, dejando a su paso tierra de descarte y millones de litros de agua contaminada en la Puna. Recuerdo que dicha reforma fue votada por los dos partidos tradicionales: radicales y peronistas, demostrando que cuando hay tanto dinero en juego, la tan mentada grieta se desvanece. En el sur pasa otro tanto.
En Roca-Fiske Menuco (Río Negro) tuve el placer de conocer a Javier Grosso, autor junto a Miguel Di Ferdinando y Observatorio Petrolero Sur del “ATLAS AMBIENTAL DE VACA MUERTA: CARTOGRAFÍA DE LO OCULTO” quien tuvo la gentileza de acercarme un ejemplar. Realmente hace rato no leía algo tan devastador con el mérito de estar plasmado con una claridad conceptual envidiable para un público lego explicando el fracking (extracción de petróleo y gas que no puede ser extraído por métodos convencionales), para extraerlo es necesario inyectando enormes cantidades de agua con arenas silíceas y químicos para “empujarlo” y que salga a superficie. Se trata de un consumo voraz de millones de litros de agua por cada pozo en medio de una disminución hídrica debido al cambio climático. Vaca Muerta es fracking, el fracking mata el agua. Por colmo de males. Vaca Muerta no es un punto geográfico sino una enorme formación geológica que abarca un tercio de Neuquén y parte importante de Río Negro que además de contaminar millones de litros del agua inyectada, contaminan a su vez acuíferos en una región donde si hay algo que no abunda como cualquiera lo puede constatar en Patagonia es el agua. Y como si esto fuera poco, el fracking, además de deteriorar la economía frutícola, provoca movimientos sísmicos inducidos por esta industria en un espacio que no tenía registros de sismicidad. Vale la pena apoyar, difundir y proteger nuestra única Casa Planetaria ([email protected]). Es lento, pero viene…

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