Violencia en simultáneo
“Soy Horacio Rodríguez Larreta”, así empezaba el mensaje telefónico, que traía un repudio a la violencia y un augurio de paz.
Mientras tanto, durante un paro ferroviario de trabajadores tercerizados que buscan pasar a planta, la policía ejercía en la estación de Constitución una violenta represión a los usuarios, desconcertados por la falta de trenes.
Mientras tanto en una entrevista de televisión, Larreta apoyaba la represión en Jujuy ejercida por el gobernador Gerardo Morales -su compañero de fórmula, candidato a vicepresidente de la Nación- contra los docentes y los pueblos originarios, que cuestionan, entre otras cosas, la reforma constitucional aprobada con los votos del PJ de esa provincia, que implica una mayor pobreza y la entrega del agua, la tierra y el litio a las corporaciones en perjuicio del pueblo. Hay que señalar que, en estos momentos, distintas comunidades de pueblos originarios llegados en caravana desde Jujuy, acampan en la plaza Lavalle frente a los Tribunales desde hace 10 días, pidiendo Justicia, y que el Gobierno de la Ciudad -encabezado por Larreta- ha hecho como si no existieran, no le ha permitido instalar carpas ni baños químicos, ni se les ha proporcionado asistencia médica ni abrigos en pleno invierno.
Mientras tanto en el Obelisco, dos organizaciones: Rebelión Popular y Votamos Luchar, hacían un acto denunciando la entrega del país por los políticos y denunciando las mentiras y la farsa electoral. Al acabar, quemaban como símbolo una urna y la policía de Larreta (“el pacificador”) los reprimía violentamente. Moría entonces Facundo Molares, de 47 años.
Dice Larreta, horas después, defendiendo a la policía, que la muerte fue provocada por un infarto. Lo que no dice es que el infarto fue provocado por la violenta represión, tal como muestran las imágenes.
Todo esto sucedía en un sólo día, imaginen ustedes todo lo que pasa en un año, o en cuatro, pero como muestra basta un botón, decía mi abuela. Y Larreta termina su mensaje telefónico: “Los argentinos necesitamos vivir en paz. Especulaciones políticas como las que estamos viendo son inaceptables. Como vengo sosteniendo hace tiempo, tenemos que dejar atrás la violencia, las agresiones y la confrontación” (y hacer lo que yo digo, le falto decir). En fin, ese el discurso. ¿Ustedes le creen?
Foto de Portada: Susi Maresca