“Zonda, folclore argentino”
El cineasta español Carlos Saura, autor de obras como “Cría cuervos” y “Carmen”, filmó en Buenos Aires “Zonda, folclore argentino”, un tributo a la música autóctona nacional -y muy especialmente a Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanqui- que cuenta con 20 números musicales.
Coproducción entre Argentina, España y Francia, la nueva película de Saura se inscribe en su serie de investigaciones musicales sobre ritmos típicos de diferentes lugares como “Sevillanas” (1991), “Flamenco” (1995), “Tango” (que también filmó en Buenos Aires en 1998), “Iberia” (2005) y “Fados” (2007).
“Estas películas musicales de Saura tienen una mixtura que se relaciona con el trabajo con la luz, el movimiento y la música”, destacó Marcelo Schapces, quien junto a Alejandro Israel y Mariana Erijimovich fueron los productores locales de este largometraje sobre la música y la danza folclórica argentina.
Israel señaló que “este proyecto nació hace varios años en un encuentro en Madrid entre Saura y Polo Román, ex bombisto de Los Chalchaleros. En Saura quedaron las ganas de hacer una película sobre el folclore argentino, que es un ritmo que dice que escucha desde chico, y sobre su fanatismo por Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanqui”.
“A principios de 2012 nos contactamos con Antonio Saura, uno de sus siete hijos y productor, a través de Erijimovich, que vivió mucho tiempo en España y trabajó mucho tiempo para Zebra (la productora de Saura) y se enteró que andaban buscando armar una coproducción con Argentina”, añadió el productor argentino.
A partir de entonces, Schapces, Israel y Erijimovich invitaron a Saura a recorrer distintas regiones de Salta, San Juan y Santiago del Estero, en “un viaje iniciático” para conocer músicos, cantantes y artistas en el que “se armó un recorrido musical, un repertorio de bailes y canciones”.
Los productores argentinos le armaron “un pequeño seleccionado, con la enorme experiencia del Chango Félix Monti en la dirección de fotografía, el oído y la sensibilidad especial de Lito Vitale para la dirección musical, y la coreografía de Koki y Pajarín Saavedra, que tienen toda la rusticidad y primitivismo de las músicas tradicionales sumados a años de experiencia en Europa, lo que les da algo muy particular”.
“Saura fue viendo todas las propuestas que Lito Vitale le hacía y a partir de ahí fue eligiendo. Él es muy crítico, con lo cual hubo una selección bastante rigurosa y algunas cosas quedaron afuera por su decisión”, explicó.
La película se compone de un total de 20 números musicales, que además ofrecen bellas coreografías de danzas y bailes típicos, imágenes de fondo, retroproyecciones y mucho trabajo de combinación de colores.
“La intención de Saura tiene que ver con una exploración de la música argentina. Le interesa investigar distintas culturas del mundo, y por que es muy melómano me parece que su exploración la transmite a través de la música. Pero a la vez, como es un tipo absolutamente plástico, un gran dibujante y fotógrafo, la película posee una gran belleza visual”, afirmó Israel.
En ese sentido, Schapces sostuvo que “el tono y el código que trabaja Saura es de una fineza muy especial. Es un artista muy personal, un dibujante muy bueno y va elaborando estos musicales como si se tratara de trazos de lo que va a aparecer en la pantalla. La luz, la música y el movimiento son la paleta que usa todo el tiempo”.
“Con la experiencia que tiene le era muy fácil hacerse entender y explicarle a todos y cada uno lo que quería. Además el guión está todo ilustrado por él, lo cual hacía muy claro todo lo que quería y necesitaba. Es un orgullo estar con un artista de su tamaño, que a los 83 años tiene una lucidez y una capacidad que conmueven. Es uno de los últimos representantes vivos de esos enormes directores europeos que nos formaron a todos nosotros”, añadió Schapces.
Para el productor, “lo que Saura destaca del folclore argentino es lo heterogéneo de nuestra música, una puerta de entrada a un lugar donde hay un montón de ritmos diferentes y también puntos en común, que tienen que ver con cada región. Además, siempre se refiere a sus recuerdos de la niñez, a Mercedes Sosa y, especialmente, al tema Todo cambia”.
“En la película hay muchos puntos en común con sus musicales. Para prepararnos un poco vimos mucho ‘Flamenco’, ‘Fados’, ‘Salomé’ e ‘Iberia’. Nuestra película posee 20 números musicales con algunas transiciones y un hilo conductor que es la luz, porque todo transcurre en un día, desde el amanecer hasta el siguiente amanecer”, aclaró Israel.
La película, que contó con apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y el Ministerio de Cultura de la Nación, fue filmada íntegramente en un estudio del barrio porteño de La Boca y, además de participar en festivales de cine del mundo, recorrerá los festivales folclóricos más importantes del país.