La Feria del Sur o el negocio que no será

En la Audiencia Pública que se celebró en la Legislatura porteña el pasado 9 de mayo, cuarenta representantes del barrio de San Telmo se manifestaron en contra del proyecto de instalar un emprendimiento gastronómico privado, denominado Feria del Sur, bajo la Autopista 25 de Mayo por un período de 20 años. Sólo cuatro oradores abogaron por el proyecto: dos funcionarios del Gobierno de la Ciudad y dos integrantes de la empresa constructora.

Es que la puesta en marcha de esta iniciativa implicaba el cierre del polideportivo Martina Céspedes, ubicado en Bolívar 1280, utilizado por más de 2000 pibes del barrio y utilizado por las Escuelas Normal Nº 3, Comercial 4, Nacional Pueyrredón, Comercial 27, Industrial Otto Krause y cuatro escuelas primarias de la zona. Allí  funcionan, también, talleres recreativos para niños y adolescentes: el Club de Jóvenes, un programa de inclusión del Ministerio de Educación porteño, y la Juegoteca de la asociación civil Creactivar.

El proyecto de la Feria del Sur, presentado por el legislador oficialista Cristian Ritondo, ya cuenta con una primera aprobación de la Legislatura en diciembre de 2011 y ahora, tras la celebración de la Audiencia Pública, este cuerpo deberá darle la aprobación final, para lo cual son necesarios 40 votos. No obstante, ya hay 29 legisladores que decidieron no acompañar el proyecto, desdiciéndose de sus votos iniciales.

Por entonces, el proyecto fue aprobado por  55 de los 60 ediles porque venía acompañado de dos iniciativas, prudentemente negociadas entre oficialismo y oposición: un permiso de uso precario de 19 predios, también bajo la autopista, a organizaciones sociales sin fines de lucro, y el llamado a licitación para la concesión de otros 92 predios, también bajo la autopista.

La Feria del Sur consiste en una propuesta, diseñada por el consorcio Servente-Lanusse-Criba-Crivelli, el mismo que explota el polo gastronómico y la estación de servicio bajo la autopista Illia, en Retiro -un negocio otorgado hace 20 años por el entonces intendente Carlos Grosso-. La idea es “coser la herida urbana” de la autopista 25 de mayo en el barrio de San Telmo, y recuperar un lugar que los empresarios estiman “en situación de abandono”, para convertirlo en un paseo de compras para turistas.

Los vecinos de San Telmo se enteraron de este emprendimiento a través de la publicación barrial El Sol de San Telmo y comenzaron a organizarse para frenarlo. Hasta entonces, el oficialismo no había tenido en cuenta a las organizaciones vecinales ni a la comunidad educativa. Ante la resistencia barrial, el Gobierno de la Ciudad propuso otros lugares donde trasladar el polideportivo Martina Céspedes. Pero los vecinos los rechazaron por inadecuados.

El día 16 de mayo, una semana después de la Audiencia Pública, la Comisión por la Defensa del polideportivo Martina Céspedes -integrada por vecinos, docentes y representantes de organizaciones sociales del barrio San Telmo- mantuvo una reunión en la Legislatura porteña con los diputados de los bloques opositores, pidió a los ediles que se comprometan públicamente a no acompañar el proyecto del oficialismo, y presentó una propuesta para poner en valor el polideportivo.

Esta vez los vecinos organizados lograron torcerle el brazo no sólo a las pretensiones de uno de los fuertes grupos empresarios que actúa en la Ciudad haciendo negocios con el espacio público, sino también a la avanzada del oficialismo porteño por diseñar una Ciudad cada vez más exclusiva. Fuente de negociados, chanchullos y otras yerbas, que se cocinan a diario en muchos de los despachos de la Legislatura porteña.

 

Fotografía: Revista Alerta Militante

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